Regates de la vida

Los regates de la vida

A la vida le gusta a veces hacer regates sorprendentes, como a los futbulistas de filigrana. Resulta que antes de los 20 años publiqué una novela corta y dos volúmenes de relatos juveniles y que, en opinión de todo el mundo, mi vocación y mi futuro estaban ya sellados.

Pues, no señor. Estudié medicina forense y psiquiatría y con ese bagaje tuve una excelente atalaya para conocer mil historias susceptibles de ser noveladas, pues nada hay más cierto que en la vida existe más intriga, más misterio, más drama, paradojas y excentricidades que en cualquier argumento que uno se pueda montar,aunque lo monte de madrugada y con fiebre.

Y una de esas paradojas de la vida me afectó de lleno a mí mismo, pues mi dedicación literaria, que parecía tan ineludible, se frenó en seco a los 20 años y luego ya, durante mucho tiempo, publiqué tan solo otra novela corta, un volumen de divulgación psiquiátrica, artículos en prensa y poco más.Pero eso ha sido hasta hoy, momento en el que vuelvo a saltar al campo para jugar el resto del partido. Lo único que me sorprende de todo esto es que las ganas, como a los 20 años, siguen intactas.

Las ganas, la afición, el sacrificio y el estruje de mollera que son imprescindibles para hacer volar a esos seres pequeñitos y con alas que cualquier escritor lleva, a veces dormidos, en la cabeza.