Nacimiento de una novela

Nacimiento de una novela

Igual que los niños no vienen de París, las novelas tampoco vienen del limbo. Nacen, podría decirse, de algún magma interior del autor, que a veces éste ni siquiera conoce.

Yo sí conozco el magma donde se gestó mi novela Penúltimos secretos. Fue en la experiencia que viví como médico forense cuando hace años un avión que acababa de salir del aeropuerto de Málaga rumbo a Nueva York tuvo que abortar el despegue por una avería y se produjo la muerte de 52 pasajeros.

La novela no nació entonces, pero la terrible experiencia vivida se debió quedar agazapada en algún pliegue de mi cerebro y mucho tiempo después brotó ante el ordenador.
En Penúltimos secretos se cuentan las andanzas de tres personajes principales. El marido de una de las fallecidas en el accidente, que sospecha de una infidelidad. Un amigo íntimo del primero, que vivirá desde entonces de manera innoble, metido en política y en tramas corruptas, y el hijo adoptado, que intentará por todos los medios encontrar sus orígenes.

La novela se sitúa en el tiempo actual, igual que los personajes, y la Málaga que se retrata en ella es también la de hoy, una ciudad bella y luminosa. Y en la novela, en fin, hay personajes de doble filo, hay intriga, amor, sexo, traición… y todo eso que suele haber en la vida.